Hola a todas, hoy decidí escribir sobre una práctica maravillosa llamada coolhunting.
Muchas de ustedes me piden en Instagram que hable más sobre el tema, así que aquí me extenderé un poco para explicarte desde lo básico hasta las capas más profundas.
Si te encanta entender las tendencias más allá de lo estético, investigas lo que está en auge (y por qué), o tienes ganas de empezar a explorar esta área como carrera… ¡este texto es para ti!
¿Alguna vez tuviste esa sensación de percibir algo en el aire antes de que se volviera moda? ¿Notaste un cambio sutil en la forma de hablar, vestirse o comportarse de la gente y luego se confirmó en piezas o looks adoptados por grandes masas?
Si la respuesta es sí, quizás el coolhunting sea tu camino profesional.
Si no, tal vez sea justo lo que falta para afinar tu mirada y ver el mundo con más estrategia e intuición.
Independientemente de tu respuesta, más que explicar el concepto, quiero mostrar cómo funciona en la práctica, con ejemplos reales y una invitación para que empieces a entrenar tu mirada desde ahora.
¿Qué es el coolhunting?
Coolhunting, “cazar lo cool”, es decir, investigación de tendencias emergentes en comportamiento, estética, consumo y cultura.
Pero calma, no se trata de adivinar ni de salir replicando lo que se ve en pasarelas.
Es más que ver: es sentir el pulso del tiempo y traducir comportamientos emergentes en ideas con potencial creativo y comercial.
Coolhunting es entrenar la mirada para captar señales reales de cambio:
qué está sintiendo, deseando, rechazando la gente… y cómo eso se expresa en imágenes, palabras, hábitos y ropa.
¿Parece simple? Puede serlo, dependiendo de cuán entrenada esté tu mirada, pero requiere sensibilidad, método e intención.
Mi pasión instintiva por el coolhunting
Desde que tengo memoria, la moda es mi pasión; empecé vendiendo ropa en Uruguay para mis amigas, a ellas les encantaba mi curaduría y yo me alegraba mucho al armar sus outfits, al ayudarlas en esa búsqueda de estilo .
Pero desde el inicio, mi interés por la moda iba más allá de lo estético: siempre me preguntaba por qué sucedían las cosas, me fascinaba observar cómo mis amigas cambiaban su actitud, su autoestima tras ese look, esas piezas que yo producía para ellas.
Ese lado humano, comportamental, siempre me ha fascinado. Mi relación con la moda fue desde el ángulo sociológico… estudiar comportamientos, comentar hechos, conectar movimientos.
Aquí está la belleza del coolhunting: cuando entiendes que esa simple remera blanca es solo la punta del iceberg de un cambio cultural, económico, comportamental. Y eso convierte una prenda sencilla en un experimento social.
¿Qué ha cambiado en 2025?
Si miramos el escenario de hace diez años, las tendencias de moda (e incluso de comportamiento) seguían una lógica vertical y jerárquica: nacían en grandes pasarelas, en revistas de moda, o eran dictadas por figuras de autoridad como editores, diseñadores y marcas de lujo. Es decir, venían “de arriba hacia abajo”, de las élites creativas al público.
Hoy, ese proceso está completamente descentralizado.
Con Internet, redes sociales como TikTok, foros, comunidades de nicho e incluso movimientos espontáneos de la vida cotidiana, cualquier persona, lugar o comportamiento colectivo puede ser el inicio de una tendencia. Un look usado por alguien anónimo se viraliza y, en semanas, aparece reinterpretado en colecciones. Un meme puede dictar la estética de una temporada, un movimiento social puede transformar el deseo de consumo.
La lógica ahora es mucho más horizontal, orgánica, descentralizada y democrática.
La calle influye en la pasarela. La periferia influye en el lujo. Lo underground influye en lo mainstream.
Y el coolhunting existe justamente para observar, captar e interpretar esas señales, antes de que se conviertan en tendencia.
Mis aprendizajes más importantes para quienes quieran iniciar en coolhunting
Quien observa todo, crea con más precisión. Al entrenar tu mirada para captar micro-señales del cotidiano, empiezas a ver el potencial creativo antes de que se declare tendencia. Es la diferencia entre seguir el flujo o anticipar el movimiento.
Entender el deseo antes que el mercado es una ventaja estratégica. Las marcas que destacan interpretan sentimientos colectivos antes de que se vuelvan demandas evidentes. El coolhunting es herramienta esencial para eso .
Tu mirada debe estar libre de juicios. Un error común es descartar un comportamiento por no identificarse con él. Pero el coolhunter necesita empatía y apertura para ver valor donde otros ven ruido.
Todo comunica: una canción repetida, una jerga nueva, un tipo de imagen. El mundo está lleno de señales. La pregunta es: ¿estás prestando atención? ¿Eres capaz de sintonizarlas? El coolhunting enseña a escuchar con mayor profundidad, incluso lo que no se dice directamente.
La mejor forma de empezar en el coolhunting es practicando.
Si quieres sumergirte de verdad en el universo del descubrimiento de tendencias, prueba este ejercicio sencillo y poderoso:
Durante los próximos 7 días, observa y anota una señal por día. Puede ser cualquier cosa que llame tu atención como algo nuevo, extraño o repetitivo. Por ejemplo:
Un estilo diferente que apareció en las stories
Una jerga nueva que escuchaste o leíste
Un video con una estética fuera de lo común
Un producto que surgió en varias timelines al mismo tiempo.
Luego, reflexiona:
¿Existe algún patrón?
¿Estas señales hablan del presente?
¿Pueden convertirse en contenido, producto, estética o lenguaje?
Coolhunting es eso: observar el presente con atención, captar lo que está cambiando y transformar esas pistas en estrategia.
¡Felicidades, has dado tu primer paso como coolhunter!
El coolhunting va más allá de una simple predicción
Es interpretar, traducir el espíritu del tiempo.
Entender que detrás de cada falda plisada hay un deseo de ligereza.
Que detrás de cada look retro hay una nostalgia emocional.
Recuerda: detrás de cada tendencia siempre hay alguien intentando decir:
“así es como quiero sentirme ahora.”
Si este tema te inspira, quizás esta carrera tenga más que ver contigo de lo que imaginas.
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Un beso,
Noe