Estoy completamente fascinada por el caso de Jacquemus. Creo que es uno de los ejemplos más inspiradores de la moda contemporánea, especialmente para quienes estudian moda con alma.

Recuerdo perfectamente mi viaje a Capri. Caminando por la Via Camerelle, me topé con la tienda de Jacquemus… y fue allí donde comprendí, verdaderamente, el impacto que construye.

Había limoneros gigantes en la fachada, una entrada que parecía una cueva minimalista y sofisticada. Todo estaba pensado para causar sensación.

Observé a la gente frente a la tienda, tomando un café. Yo, apasionada por la moda desde su vertiente sociológica, veía a todos detenerse, mirar, entrar. Entre tantas tiendas de lujo, la de Jacquemus encantaba; era imposible pasar de largo. Fue allí donde entendí: esto es branding que emociona.

Tienda Jacquemus en Capri, Itália

Cuando pienso en moda, lo primero que despierta es la emoción: pienso en el poder que tiene para cambiar personas, vidas, ciudades e incluso el mundo. Después pienso en negocio, en cifras, en rentabilidad.

Por eso me identifico tanto con Simon Porte Jacquemus: por ser pasional, atrevido y valiente. A los 19 años perdió a su madre y hizo lo que muchos quizás nunca tendrían el valor de hacer: abandonó la carrera de moda y decidió crear algo con su apellido.

Aquí tienes mi análisis de la marca para inspirarte, para mostrar que es posible seguir pasos reales aprendiendo tanto de los aciertos como de los errores, y transformar la experiencia en dirección.

1. Comienza con lo que tienes, pero con una visión clara

Jacquemus no esperó a tener dinero, diploma o estructura. En 2009, hizo desfilar a sus amigas en la calle porque no podía pagar una pasarela. ¿El look? Simple, crudo, poético. Exactamente lo que se convirtió en su firma estética.

Si tienes una idea fuerte, comienza con los recursos que tienes hoy. Lo importante es tener una visión clara y ser fiel a ella.

2. No necesitas agradar a la industria para ser reconocido

En 2015 ganó uno de los mayores premios de la moda (el LVMH Prize) y aun así decidió seguir independiente. Sabía que el valor de la marca estaba en su identidad, no en seguir las reglas del mercado.

Tú, en tu negocio, también debes enfocarte en la consistencia de tu lenguaje y valores. Eso te diferenciará más que intentar imitar a quienes ya están en la cima.

3. La moda no es solo producto: es construcción de marca

Jacquemus vende una idea de vida: ligera, solar, sensual. Cada colección, lookbook, desfile o publicación en Instagram construye ese universo con coherencia. Y lo más importante: ese universo genera valor de marca real. Porque cuando vendes solo un producto, compites por precio. Pero cuando vendes una marca con alma, con estilo de vida y deseo, creas valor percibido.

Eso es lo que hace que un bolso de €600 parezca una inversión emocional irresistible.

Como inspiración, crea un ecosistema de sensaciones, referencias y símbolos alrededor de tu marca. Eso es branding. Eso es posicionamiento. Y es lo que te hace diferenciar, dejando de ser “una marca más de ropa”. Las personas no compran solo lo que haces. Compran cómo eso las hace sentir.

4. Un buen producto con narrativa puede llevarte lejos

El bolso Le Chiquito nació en 2017 como parte del desfile de invierno de Jacquemus. Pero no fue diseñado para ser un best‑seller: surgió como un experimento de styling: un bolso extremadamente pequeño, casi un accesorio conceptual, que jugaba con la proporción. Medía solo 12 cm, cabía casi nada… pero llamaba la atención. Y fue intencional.

Esto fue lo que sucedió después:

  • Se volvió meme en redes sociales (“¿qué cabe ahí dentro?”)

  • Fue usado por celebridades en looks atrevidos y minimalistas

  • Ganó difusión espontánea, oro puro en marketing orgánico

  • Se lanzaron ediciones limitadas, nuevos colores, tamaños y materiales

Incluso quienes lo consideraban “ridículo” empezaron a desearlo porque Le Chiquito se convirtió en símbolo de identidad y pertenencia al universo de la marca.

5. Crecimiento financiero (sí, facturó todo eso)

Aunque la marca tiene un tono poético, su crecimiento es muy concreto:

  • 2018: €11,5 M

  • 2021: €100 M

  • 2022: €200 M

  • 2023: €280 M

Proyección para 2025: €500 millones
Fuente: FashionNetwork, Vogue Business

Todo esto se logró sin la estructura de los grandes conglomerados, con consistencia, deseo y un equipo estratégico.

6. Marketing que no parece marketing

Jacquemus no usa publicidad tradicional. Sus desfiles se realizan fuera del circuito oficial, siempre en locaciones simbólicas y afectivas, como campos de lavanda, trigo o salinas rosadas en Francia.

Cada acción está pensada para generar deseo, imagen y viralización espontánea. La comunidad hace el marketing por él.

Café delante de la tienda Jacquemus en Capri, Italia

Lo que puedes aplicar en tu camino

Tu historia puede ser el mayor activo de tu marca. La de Jacquemus nació como homenaje a su madre, transformando el dolor en propósito y un nombre en símbolo. Tener una estética única vale más que seguir tendencias: su estilo crudo, solar y sencillo se destacó incluso cuando la moda pedía exageración. Un producto icono puede sostener una empresa entera: Le Chiquito se convirtió en deseo gracias a una imagen fuerte y un storytelling afilado.

La comunicación visual es esencial: un campo de lavanda comunica más que mil pies de foto. El deseo nace de la escasez, la consistencia y la autenticidad: pocos lanzamientos, al ritmo de la marca, generan expectativa y conversación. Y para crecer, junta a gente buena y mantén el corazón en el centro: incluso con tiendas en París y Milán, Jacquemus sigue involucrado personalmente en la creación.

“No sé dibujar como los demás. Pero sé imaginar. Sé contar una historia.”
— Simon Porte Jacquemus

El camino al éxito no necesita ser lineal ni seguir fórmulas prefabricadas. No necesitas empezar con todo resuelto, solo necesitas empezar con verdad, visión e intención.

Si sientes que aún estás al inicio, recuerda: no necesitas tenerlo todo ahora, solo saber adónde quieres llegar.

Um beso,

Noe

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